el margen aparta de una pedrada los horizontes ciertos
el margen acude a los corazones que mueren cada noche su propio sueño
el margen se acurruca en el calor hediondo de una espera que nunca empieza
el margen no piensa
no medita
no actúa
el margen se presenta sin caparazón
sin ensayo
y sin piel
Paula Drenkard
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