domingo, 23 de septiembre de 2007
Sueños
Sinapsis
jueves, 20 de septiembre de 2007
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Life is Elsewhere
martes, 18 de septiembre de 2007
lunes, 17 de septiembre de 2007
Contrapesos
Un Tranvía llamado Deseo

Mi vida es como la historia de cualquier persona. Sencilla por sus acontecimientos, pero compleja por su vida interna. Todas las noches revivió una misma ilusión. Entre las paredes de mi habitación trató de reencontrarme mientras llevo a cabo mi transformación. Descubriendo que existó una vez más, que el mundo existe y que todo a mí alrededor existe.
Cada hombre que pasa por mí, trata de entender los vicios de su naturaleza humana. Tal vez por vanidad porque pueden poseer a un hombre y una mujer. Tal vez porque Dios también es vanidoso. Mi rostro comienza a envejecerse y siento el cansancio acumulado por todas estas noches. Estoy cansada de esta búsqueda. Siento que no lo voy a lograr y mi vida, se resume en una colección de cuerpos porque deseo sentirme con una vida común.
Cada noche regresó a la misma esquina para reencontrarme con esa identidad. Se detiene un carro.
– Flaca ya regreso, voy a la Cascada...
José Ariel Bravo Almendárez
domingo, 16 de septiembre de 2007
Der einzige Unterschied
Tranquilidad en el Caos
Comprender dichos momentos, implica haber recorrido distancias, acumulando conocimientos y experiencias en relación con estos escenarios y circunstancias que articulán la racionalidad de la existencia cotidianidad.
Jasmine Blossom Green Tea
La Selección Natural
viernes, 14 de septiembre de 2007
El Margen
jueves, 13 de septiembre de 2007
La Madre

En el arrabal obrero, la sirena de la fábrica lanzaba cada día al aire, saturado de humo y grasa, su vibrante rugido; obedientes a su llamada, unos hombres sombríos, de músculos entumidos por la falta de sueño, salían de las casuchas grises, corriendo como cucarachas asustadas.
A la luz fría del amacecer, iban por la calleja sin empedrar hacia los altos jaulones de la fábrica, que les esperaba, segura, indiferente, alumbrando el fangoso arroyo con sus decenas de ojos cuadrados y grasientos. Chocleaba el barro bajo los pies. Resonaban voces soñolientas en roncas exclamaciones, groseras injurias rasgaban el aire con rabia, y una oleada de ruidos diversos venía al encuentro de los obreros: el pesado jadeo de las máquinas, el gruñido silbante del vapor. Sombrías y severas, destacábanse las altas chimeneas negruzcas, que se alzaban sobre el arrabal como gruesos mástiles.
Al anocher, cuando se ponía el sol y sus rayos rojos brillaban sin fuerza en los cristales de las casas, la fábrica vomitaba gente de sus entrañas de piedra, como si fuera escoria, y los hombres, ahumados, negros los rostros, centelleantes las dentaduras hambrientas, volvían a pasar por la calle, dejando en el aire el persistente olor de la grasa de las máquinas. Entonces había en sus voces animación y hasta alegría; habían terminado los trabajos forzados de aquel día; la cena y el descanso les aguardaban en casa.
La fábrica se había tragado una jornada más, y las máquinas habían succionado de los músculos del hombre cuantas fuerzas necesitaran. El día habíase borrado de la vida, sin dejar rastro alguno; el hombre había dado un paso más hacia la sepultura; pero veía cerca, ante sí, el gozo del descanso, los placeres de la taberna llena de humo, y estaba satisfecho.
Máximo Gorki