domingo, 23 de diciembre de 2007

Entrecruzamientos


A mis amigos / as Joey, Amauri, Daftne, Nadia, Kareel, los Pérez…

Cuando pensamos en la persistencia de la memoria, solemos articular nuestras existencias a partir de recuerdos de experiencias vividas. Tratamos de ordenarlos por el nivel de significación que estos han tenido en nuestras vidas. En este sentido somos una suerte de rompecabezas que demarcan las constelaciones de nuestros días y horas…

Haciendo un inventario de cada una de estas piezas, reconozco algunas relacionadas con mis vivencias en la ciudad de Alamar “El Ángel Alado” y sus personajes. Una ciudad que con sus historias cotidianas cambiaron mis visiones, enriqueciendo la creatividad de mis mundos.

Estas piezas están impregnadas de espacios verdes en los cuales sus personajes cultivaban los huertos comunales; cuerpos de granitos y metal de 12 plantas; camellos atestado de humanidad que corrían por la ruta M – 1; millones de dientes de perros salados; charlas que contrastaban con la razón en el refugio de Ovni – Zona Franca; camellos al horno de 50 fulas del artesano biomecánico Joey; pudines de vanilla de mamá Paula; charlas del tiempo y espacio con Amauri; clases de teatro con los Pompones de Colores; noches de consejos con Nadia y Kareel; ejercicios del poder en la estación de policía; cuentos de vida por Daftne; libertad callejera del patinador eterno; guarapo dulce de caña de azúcar; ojos tristes del poeta de Chicago; charlas revolucionarias con el viejo Joey; poseía biomecánica; Poesía Sin Fin; Ocho Horas de Discursos…

Definitivamente la existencia esta teñida por una colección de recuerdos, que maduran en lo más intimo de nuestras psiquis, proporcionándolos un delicioso néctar anejo de imágenes en el tiempo y espacio. Humanizándonos por pequeños instantes, evocándonos hacia una visión que hemos vivido porque reencontramos memorias a lo largo de nuestras vidas. Ellas nos sugieren quiénes somos…

Desde mí morada en Nicaragua. Me gustaría enviar un fuerte abrazo a cada uno de estos personajes amados que habitan en la ecología cotidiana de mi Ángel Alado “Alamar” y en espacial a todas las personas que han contribuido a la celebración del X Aniversario de Poesía Sin Fin. Desearía expresarles que a pesar de la distancia, continúo siendo parte de este viaje experimental y de creatividad performática. Con Ustedes aprendí a seguir visiones para alcanzar los sueños e ideales.

José Ariel Bravo Almendárez
Managua, Nicaragua
16 de diciembre de 2007
8:15 p.m.

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